Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ La policía investiga el hallazgo en su
apartamento del vecindario de Maspeth en Queens, del cadáver descompuesto del
dominicano Efraín Vargas de 24 años de edad y quien era un empleado de una
farmacia de la cadena Walgreens en ese condado y cuyo cuerpo tenía múltiples
puñaladas y estaba parcialmente quemado.
El cuerpo fue descubierto el domingo a las 3:30
de la tarde y los policías llegaron a la escena, respondiendo llamadas al 911,
dijeron los investigadores.
Vargas, residía en el 91-91 de la avenida Woodhaven en
Queens.
La madre de Vargas llegó a la casa y sus desgarradores
llantos podían oírse en toda la cuadra, dijeron testigos.
Ella estaba acompañada por dos hombres jóvenes,
posiblemente parientes de Vargas.
"¡Mi hijo, mi hijo!," gritaba la madre de
Vargas después de enterarse de su
muerte, según dijo un vecino.
"Esta es la única cosa que tenía en mi vida. ¿Por
qué me lo quitaron?, expresaba anegada en llanto la progenitora, añadiendo que
el muchacho era la única razón por la que vino a Nueva York.
El cadáver estaba boca arriba, y al lado de su cama.
La puerta de su habitación estaba cerrada por fuera con
un candado, y la entrada no fue forzada
en el dormitorio o el apartamento situado en el sótano, dijo la policía.
El cuerpo de Vargas, presenta traumatismo directo en la cara, heridas de
arma blanca en la parte superior del torso y el cuello, y quemaduras en las
manos y el torso.
Tenía varios días de muerto, confirmó la policía.
Una autopsia se le realiza en la Oficina del Médico
Forense para determinar oficialmente la causa de muerte, dijeron las
autoridades.
Raúl Rivera, uno de los amigos de Vargas, dijo a la
policía que lo vio por última vez hace
una semana, cuando estuvo enviándole mensajes de texto y llamándolo sin obtener
respuesta.
Rivera llamó a la madre de Vargas y obtuvo su permiso
para ir a la habitación del muerto, cuando encontró el cadáver.
Vargas, había sido arrestado nueve por robo, asalto y
desacato por violar tres órdenes de
protección (alejamiento).
Estuvo involucrado
en nueve reportes por incidentes de violencia doméstica.
No estaba claro si los arrestos o antecedentes de incidentes domésticos pudieron
jugar un papel en su muerte.
Otro vecino describió a Vargas como un buen chico que
disfrutaba montar su bicicleta.
"Siempre fue agradable y educado", dijo el
vecino. "Nunca causó ningún problema en el edificio ni la calle. Nunca lo vi
como un problema", agregó el vecino que pidió anonimato.
Empero, otro residente en el edificio que tampoco se
identificó, le dijo al Daily News que hace
dos años, le compró marihuana a Vargas.
Un equipo de cuatro detectives entrevistó a los
vecinos en búsqueda de posibles testigos claves y evidencias.
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