Por: Miguel Melenciano
Tremendo revolú ha armado el presidente Barack Obama acostándose la paloma, ósea al final de su gestión presidencial de 8 años, con la decisión que requiere a las escuelas públicas que reciben fondos federales, dejar que las personas transgénero usen los baños, del lado que se sientan más cómodo.
Aunque no es legalmente vinculante la decisión emitida por el departamento de educación y justicia, pero coloca en la guillotina a las escuelas que no accedan a dicha petición, ya que podrían verse afectadas económicamente con el recorte del dineros que reciben, y como todo sabemos, en los United State, money talk, (El dinero habla).
Tremenda encrucijada para un sector tan delicado, que de no acogerse a la medida, podrían verse afectados sus planes educativos, así como las de los estudiantes que reciben financiamiento y ayuda federal para cubrir los estudios técnicos o profesionales que realizan en estos centros docentes.
Esta es una medida que a todas luces, de entrada, no es fácil asimilar, máxime cuando, desde que se creó el mundo, por evolución o creación, el hombre como ente humano se ha divido en: masculino y femenino. Cada uno con sus particularidades sexuales que lo identifica, y le otorga funciones y acciones propias, que no puede ser realizada por el otro.
Hay que aclarar que los transgénero no son Gay, Homosexuales, Travesti, son Personas a las que le fueron asignadas un género, generalmente al nacer y sobre la base de sus órgano reproductor, pero que sienten que esta es una descripción falsa o incompleta de ellos mismos, aunque suelen identificarse como heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales, polisexuales, asexuales, etcétera.
La medida de Obama, aunque pretende resolver un problema de discriminación, crea un problema mayúsculo, pues coloca en riesgo a los transgénero y, a los que no son. A uno, porque le ofrece la facilidad de hacer sus necesidades fisiológica en el baño de sus compañeros del sexo opuesto y, a los otros, porque pueden ser motivado por el sexo biológico, sin reparar en la identidad de género.
Esta situación ha empotrado un problema legal, del que ya se tiene, por lo menos, una suspensión de su aplicación por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos el cual bloqueó temporalmente la decisión que permite el acceso de un transgénero a los baños del sexo biológico opuesto.
Ahora bien, en ánimo de que nadie se sienta discriminado, evitando un trato transfóbico y que se respete todos los derechos de las personas transgénica quien suscribe propone: la instauración de un tercer baño en los centros escolares para ser utilizado por los que no se identifican con el género que le fue asignado al nacer. Resuelto el problema y todos contentos y contentas o ningunas de las dos.
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