Por:Miguel Melenciano
Nuestro pueblo tiene una historia de sacrificio y lucha. Éste, nunca se ha amilanado ante la opresión e injusticia. Desde la llegada de Cristóbal Colon a la Isla, hasta el día de hoy, la capacidad de resistir de la población ha sido ciclópea. Ni atropellos, mucho menos la carencia de bienes materiales, han podido diezmar la capacidad creativa de los dominicanos.
El momento actual, en que un grupo de médicos pone en peligro, la salud y vida de la población, renegando al cumplimiento ético del juramento Hipocrático, hecho ante Dios, sus compañeros y la comunidad, no será la excepción. Los ciudadanos sabrán adaptarse a la situación incómoda, que viene propiciando un sector del sistema de salud.
Pronunciado al graduarse, pero acomodado en el basurero del olvido, se encuentra durmiendo el sueño eterno el corpus hipocráticum. Una cosa es lo que prometieron los médicos al investirse, y otra es, lo que están ofreciendo: dejar de prestar sus servicios a los pobres que asisten a los hospitales públicos, y pernotar mas tiempos en su clínica privada brindando atención a los que, sí pueden pagar.
La codicia, a exterminado los principios, cerrado los oídos, y denegado una de la parte básica de la convivencia en sociedad: el Dialogo. El presidente del Colegio Medica Dominicana, (CMD), está cerrado, y se ha negado a dar contestación, a las propuestas que le han hecho las autoridades del sector salud. Simplemente quiere huelga, al parecer, es su pasión y entretenimiento.
Ante la persistencia de este hecho inconsecuente e irracional del Colegio Médico, la población debe asumir una posición de resistencia, como lo hiciera en abril del 65, frente a las tropas interventoras. No podemos claudicar, ni seguir soportando humillaciones, de un gremio que solo quiere dedicarle dos horas treinta minutos (2:30) diario de atención a cientos de pacientes.
De manera temporal, volvamos a los inicios de la medicina, hasta que se cansen de las huelgas. En el mundo se conoce la existencia de herbarios desde la época de los asirios, los babilonios, los fenicios y los sumerios. Desde tiempos inmemorables, se han usado los remedios casero-naturales, con muy buenos resultados, probemos. Pero, resiste pueblo, resiste a la sin razón.
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