La ratificación de Roberto Rosario

Por: Rolando Roble
El Jabali 

De entrada, confieso que no estoy seguro de hasta donde quiero llegar exactamente con este tema. Yo no sé con precisión qué es lo que se hace en estos casos, pero como me he acostumbrado a pensar en voz alta pretendo compartir con mis amigos mi parecer sobre este espinoso tema.

 Trataré de elucubrar lo que pudiera suceder si el Senado ratifica a Roberto Rosario en la presidencia de la JCE. Claro está que como no soy experto ni en derecho internacional ni tampoco en  lides diplomáticas, es muy posible que malinterprete los hechos y sus consecuencias, pero ¿qué mas da? solo estoy pensando.


 Lo que dice la prensa

Muy respetados comentaristas de TV y radio, han afirmado que el embajador Brewster le informó al presidente Medina la intención de despojar al doctor Rosario de sus visas, la personal y la que corresponde al Presidente de la JCE, o sea, la visa oficial. Si esto es cierto, debemos suponer que le explicaron los motivos para tal  decisión.

 Mas recientemente, el propio Roberto Rosario confirmó a Pablo Mackinney en una entrevista de TV lo que se ha dicho, y agregó que el embajador le pidió al presidente Medina que lo cancelara, a lo que lógicamente el mandatario respondió desentendiéndose de esa posibilidad, porque la JCE es un organismo independiente cuya selección es responsabilidad exclusiva del Senado.

 Probablemente, el presidente Medina se limitó a oír al emisario del Departamento de Estado. No tenía obligación ni de discutir, ni de asentir y mucho menos de mostrar inconformidad con la idea de cancelar la visa de Roberto Rosario. Lo que sí es lógico pensar, es que los argumentos presentados, debieron ser muy sólidos. Un embajador no se presenta ante un jefe de Estado con chismes o simples conjeturas, por mas tercermundista que seamos.

 Lo que no deja duda alguna, es el hecho de que esta acometida del embajador de marras, es el inicio de una campaña mediática para obstaculizar que el Senado pueda ratificar el nombramiento del eficiente juez. Ya vendrán las voces de los “quinta-columna”, de los caballos de Troya criollos, satanizando a Roberto Rosario. Total, para eso les pagan. 

 Lo que demanda la “sociedad civil”

Mas allá de la seriedad -ya demostrada hasta la saciedad- del doctor Rosario, hay acontecimientos que evidencian una gran repulsa de ciertos sectores políticos de oposición y adláteres de la Embajada, a su persona. De hecho, ya la flamante esposa de un prominente dirigente opositor y pre candidato presidencial, en función de “civilista”, pero mas lista que civil, ha declarado que es inaceptable que una organización proponga a Roberto Rosario como presidente de la JCE. Desde luego que la que ella dirige, si puede proponer lo contrario.

 Este encono con el presidente de la JCE se sustenta en las posiciones un tanto rígidas del magistrado, en el caso del cumplimiento de la sentencia TC168-13 y la aplicación de la ley 169-14, en el intento de la Embajada de intervenir en las elecciones pasadas y en los resultados electorales mismos.

 En esto está claro que no hay nada “personal”, como algunos ilusos quieren que la opinión pública crea. Por mas informal que sea el Embajador, debemos suponer que tiene el apoyo de sus superiores para las acciones que ha acometido. La rabieta de Brewster con Rosario no tiene que ver nada con su frivolidad personal, aunque si es cierto que por no ser un diplomático de carrera sino, un inversionista cobrando dividendos, actúa de manera ligera, violentando reglas y principios. Pero consuela saber que sus días como diplomático están contados, con Roberto en la JCE o fuera de ella.  

 Esa falsa y venal “sociedad civil”, que quiere usurpar los poderes del Estado, intenta lograr con la presión y el chantaje, lo que sus acólitos no consiguieron en las urnas. Lo que es peor aún, pretende fungir de juez y parte en los procesos electorales por venir, para ejercer el poder político, pero sin correr los riesgos que la participación impone a los partidos legítimos.

 Lo que puede legalmente hacer el Senado

Sabemos que la “independencia” del Congreso es un simple eufemismo que a fuerza de tanto oirlo, hemos llegado a validarlo como una verdad. Y como simulamos que lo creemos, hasta nos atreveremos a pensar que los mas de 25 senadores que dicen estar de acuerdo con ratificar al doctor Rosario, levantarán la mano y desafiarán el poder omnímodo del Norte.

 La realidad es que para cuando llegue el momento de “votar” -no  sabemos la fecha- ya se debe haber impuesto la línea partidaria, como debe ser, aunque no se reconozca públicamente. Si la decisión es “darle bola negra a Roberto”, se interpretará como que fue lo mas sensato que se pudo hacer. El problema vendrá por las implicaciones.

 Tendremos una “sociedad civil” envalentonada, que mas luego se propondrá nombrar todos los jueces, participar en los consejos de Gobierno, supervisar los programas sociales, administrar las plantas eléctricas en construcción y probablemente exigirán conocer los decretos de Danilo Medina antes de ser publicados.

 Si por el contrario, se decide ratificar a Roberto, entonces el asunto tiene otra tonalidad. Como es un acto legítimo por parte de República Dominicana, al coloso del Norte, llamará a su embajador a consulta y lo lógico es que manden un negociador de alto nivel, no para dar marcha atrás a la decisión del Senado -lo que equivaldría a una locura- sino, para limar asperezas y evitar futuras divergencias.

 Se preparará la llegada de un nuevo embajador, probablemente de carrera, aunque no haya cooperado con mucho dinero a la campaña de Obama. Lo mas seguro que no será gay, ni estará casado con otro varón.

 Esto último no se interpretará como una acción levantisca por parte del presidente Medina, ni como una debilidad del presidente Obama, sino mas bien, como una ratificación de que el refrán que reza: “la soga siempre se rompe por lo mas fino”, es conocido también en inglés. Pero igualmente tendremos consecuencias -o mas bien- daños colaterales.

 Lo que se debe hacer

Para que el PLD y sus aliados puedan enfrentar con éxito la segura embestida de la oligarquía criolla, tienen que dar muestra de temple y coherencia. Tienen que privilegiar esa mayoría electoral que tanto esfuerzo costó. Mas allá de si Roberto Rosario es simpático o no, hay que ratificarlo, porque al desplante del señorito embajador de Obama, solo puede responderse con una acción enérgica, responsable, patriótica, independentista y solidaria; al estilo del discurso de La Habana en enero de 2014.

 Cualquier otra decisión, solo alimentaría las bajas pasiones de los mercaderes de la política y la agresión fronteriza que hasta ahora es pacífica, pero que mañana, si el Estado dominicano se amilana, será violenta y masificada, aupada por potencias que nos quieren de chivo expiatorio, para justificar sus andanzas en el Haití colonial, ayer de Duvalier y hoy de los Clinton.

 ¡Vivimos, seguiremos disparando!   

Por Rolando Robles

Comentarios